Convención de Viena de 1961 Sobre Relaciones Diplomáticas

Este instrumento legal internacional, nace como una forma de regular las relaciones diplomáticas entre los Estados, más allá de la costumbre, pero sin evitar que las normas consuetudinarias tengan valor normativo en casos no regulados por dicha convención.

Desde la antigüedad, se ha otorgado ciertos privilegios e inmunidades a los enviados o representantes de unos estados mientras permanecían en territorio de otros. Dicha práctica ha proliferado y ha sido mejorada con el tiempo. Sin embargo, en el marco de un mundo globalizado, sobre la plataforma de la Organización de las Naciones Unidas, no existía una norma internacional escrita, que estableciera las reglas de juego para las relaciones diplomáticas de manera universal.

Esta convención define a qué se llama misión diplomática y sus partes; establece los deberes del estado receptor frente a la llegada de una misión diplomática o miembros de esta a su territorio; determina cuáles exenciones, privilegios e inmunidades asisten a las misiones y a cada uno de sus miembros o familiares de estos.


Se habla de manera clara sobre las formas y vías en que deben establecerse las relaciones diplomáticas entre los estados, así como el alcance de estas. Se determina qué implica el establecimiento o rompimiento de las relaciones diplomáticas entre dos estados, sean cuales fueran los términos, y la forma por la cual deben conducirse los estados en tales casos.


Esta convención resulta muy pertinente, aun ahora, cuando ha pasado más de medio siglo. Y además contar ya con un amplio alcance, la convención se pone a cubierto frente a cambios en la forma de ejecutar las relaciones diplomáticas que pudieran venir con el tiempo, y explica que, la misma estará en vigencia sin menoscabo a tratados o acuerdos bilaterales, usos o costumbres, pre definidas entre los estados o que puedan surgir luego de la ratificación de la convención. 



Israel Castillo De Jesús

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